Pero aquí está la sorpresa, hay el caso de una isla (no me acuerdo el nombre, es que son tantas, pero lo averiguaré) que es matriarcal, y por lo tanto hay una mujer con dos maridos. al ser entrevistados les preguntaron que cómo hacían para satisfacer a la mujer, a lo que ambos dijeron que poniéndose de acuerdo. ¿A que ya no les parece tan malo?
martes, 4 de marzo de 2008
La Isla
Pero aquí está la sorpresa, hay el caso de una isla (no me acuerdo el nombre, es que son tantas, pero lo averiguaré) que es matriarcal, y por lo tanto hay una mujer con dos maridos. al ser entrevistados les preguntaron que cómo hacían para satisfacer a la mujer, a lo que ambos dijeron que poniéndose de acuerdo. ¿A que ya no les parece tan malo?
Bali, la Isla de los dioses
Es frecuente caminar por las aceras de las calles y ver cestos pequeños hechos de hojas con ofrendas a los dioses. En ellos se incluyen incienso, caramelos, flores y cosas variadas para suavizar el carácter de los dioses. Es curioso ver por algún local comercial, como es el caso de una casa de cambio muy conocida de Bali, como hay varias representaciones de diferentes cultos. Por ejemplo, en Central Kuta hay una Cruz, un templo fuera en la esquina (como es el caso de la foto que pertenece a la villa, por el lado del garaje que da a la calle principal), una ofrenda en un cesto en la puerta del local en el suelo, una estaca en la otra punta de la puerta... Y la explicación es que hay diferentes religiones entre el propietario y los empleados. Todos creen que si no hay una representación de sus dioses puede pasar muchas cosas. Desde que no haya ventas, que sería el menor de los males, como desatar la ira de los dioses y que hubieran pequeñas o grandes catástrofes naturales que sólo afectarían a aquellos que no han realizado la ofrenda o que no tengan su representación religiosa guardándolos de los males. Es frecuente, como he visto hoy, ir a una tienda y ver un templo al final del local, y a un hombre ayudado por una mujer, realizando diferentes rituales. Y es que por la cercanía de las fechas importantes es un buen momento para realizar estas purificaciones en negocios y hogares. Quien más puede económicamente, lo hace contratando a una persona que sabe más y tiene un contato más directo con los dioses y espíritus. Quien no, lo hace particularmente y más sencillo, y quizá menos efectivo.
De cualquier manera, Bali es una isla paradisíaca llena de arte en sitios insospechados como es el caso de este templo de las montañas en medio de un lago.
Me causa curiosidad cómo visten a las figuras religiosas, siempre se trata de un SARONG (Sarón, especie de Pareo) a cuadros. Tambié lo usan para vestir las partes bajas de los árboles sagrados. O incluso pedestales para los dioses y figuras. Este Sarong suele ir acompañado de una Sombrilla, que si mal no tengo entendido, usaban los nobles. Y hablando de realeza, la familia real balinesa no tiene peso político alguno en la isla y mucho menos en el país, pero sí en la sociedad civil balinesa. No se trata de dinero, si no de un estatus social superior. Me explico, entramos a una tienda y nuestro amigo Andrés conocía a la dependienta. Nos contó que esta chica estudió con él en la universidad, había hecho (y acabado) el equivalente en españa a Económicas. Y que además pertenecía a la familia Real. Asombrado de esta situación, como supongo le pasará al lector, no entendía nada. Me explicó que no se trataba de riqueza, si no de importancia en la sociedad (vaya, el título era lo que contaba) y que era una privilegiada, ya no sólo por pertenecer a la familia real, sino también por ser una buena persona. "Porque de nada le serviría el dinero o los títulos nobles o de carreras si no tiene con quien hablar, llorar, compartir. Una persona que se desentiende del resto de su parroquia, barrio, pueblo, y que nadie quiere saber de ella, es una persona infeliz y repudiada". Creo que esta sociedad tiene mucho que enseñarnos a los occidentales. En Bali, y no es un secreto, hay mucha humildad (económica) pero no hay miserias. Todos los habitantes tienen qué comer, todos tienen techos donde aguarecerse, todos tienen más o menos enseñanza, pero no pasan desdichas ni miserias. Pueden pasar pobreza de marcas (y aún así no estoy muy seguro), de tecnología, pero de nada más. Puede, aunque no conozco las cifras, que la esperanza de vida sea ligeramente menor que la occidental, ¿pero cuánto más? ¿dos, cinco años talvez? Pero y qué hay de la calidad de vida. Nadie me ha mirado mal, nadie ha dejado de sonreirme, nadie ha dejado de preguntarme dónde me quedo, qué hago, a dónde voy. Eso en Bali es tener amigos. Las únicas personas que he visto infelices han sido a los extranjeros que, al juzgar por sus caras, parece que estuviensen estreñidos.
Andrés y yo en una calle comercial.